Mucho se dice de la felicidad y el éxito, hay miles de definiciones y conceptos, que no solo nos dan los filósofos, los curas o la vida misma, definición que día a día va moldeando nuestra percepción de lo vivido. La felicidad extrema existe tanto como uno mismo quiere, cada cual es la propia medida del éxito, pero hay una sola verdad, que estos logros alejados de Dios no son dignos de mencionar.
El Rover, es mas que un mortal simple, es un llamado al servicio, a un apostolado que dentro de el verdadero escultismo lo transforma en más que un legendario caballero como los del medio evo, sino en una luz, un faro que guía a los que lo rodean y la sociedad con su alegría, optimismo y pro actividad para hacer este mundo mas feliz y solidario.
En el Perú las sombras se posaron en una generación de Rovers, no solo la crisis económica y social que atravesó el país en las décadas pasadas, sino la carencia moral de muchos dirigentes que no cumplieron con su verdadera misión y no puedo dejar de reconocer, la falta de compromiso de muchos otros que no hicieron nada para evitar la decadencia. Pero los tiempos han cambiado, hay que darle ese espíritu, que B.P. nos enseño y ponernos la armadura de la Verdad y la Justicia y con la ayuda de Dios, hacer frente a la desesperanza y a la falta de ética que aun existe.
Ser Rover no es fácil al igual que ser feliz o tener éxito, pero con la ayuda de nuestro Clan Todo lo podemos.
Recordemos que una Vez Scout, siempre Scout, una Vez Rover eternamente Rover.
*Escrito por Enrique Alfaro